A medida que la transición hacia una economía de energía limpia continúa, muchas personas han expresado preocupaciones sobre el posible impacto negativo en la economía y el empleo. Sin embargo, un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA) sugiere que el crecimiento de la energía limpia es en realidad parte de la solución, no un problema.

Según el informe, la transición hacia la energía limpia podría generar hasta 9 millones de empleos netos en todo el mundo para el año 2030. Además, la adopción de energía limpia podría reducir los costos de energía y mejorar la seguridad energética, lo que podría tener efectos positivos en la economía en general.

El informe también destaca que la transición hacia la energía limpia no necesariamente significa la eliminación inmediata de los combustibles fósiles. En cambio, la combinación de diferentes fuentes de energía, incluidas las renovables y los combustibles fósiles con tecnologías de captura de carbono, podría ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y acelerar la transición hacia una economía de energía limpia.

La transición hacia la energía limpia también podría tener beneficios para la salud pública, al reducir la contaminación del aire y mejorar la calidad del aire en las ciudades. Además, la adopción de energía limpia podría mejorar la resiliencia de las comunidades ante los impactos del cambio climático, como las sequías, las inundaciones y las tormentas.

En resumen, el crecimiento de la energía limpia es una parte integral de la solución para enfrentar los desafíos del cambio climático y lograr una economía más sostenible y justa. La transición hacia la energía limpia puede generar empleos, reducir los costos de energía, mejorar la calidad del aire y la salud pública, y mejorar la resiliencia de las comunidades ante los impactos del cambio climático. Es importante que los gobiernos y las empresas inviertan en energía limpia y trabajen juntos para lograr una transición justa y equitativa hacia una economía de energía limpia.